Tras la historia de los Catorce (Investigación I)
Catalogada internacionalmente como una de las acciones militares más exitosas por su prolijidad y bajo costo de vidas humanas, el operativo Chavín de Huántar, a diez años de su ejecución, ha dejado en algunos la satisfacción de una estrategia de inteligencia que salvó a familiares y amigos, mientras que en otros sólo ha dejado la impotencia de un proceso inacabado, lleno de vacíos, peguntas y nombres por descubrir.
Hoy, a una década del operativo, las identidades de nueve de las catorce personas que tomaron por asalto la residencia del embajador japonés en Lima, Morihisa Aoki, en diciembre del 96; continúan siendo inciertas. Para Carlos Rivera, abogado del Instituto de Defensa Legal (IDL), conocer las identidades de estas personas es un tema que debe considerarse independientemente del éxito público de la situación que se vivió. “La grandiosidad otorgada al operativo ha funcionado como un obstáculo para el descubrimiento de los hechos, restándole importancia a un proceso fundamental y necesario como es el reconocer quiénes fueron los captores”.
Ni la Justicia, ni la prensa, ni los mismos protagonistas coinciden. Nombres, seudónimos, edades, lugares de procedencia; no hay nada que pueda afirmarse tajantemente. El propio Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) publicado el 2003 ofrece una lista con los nombres de sólo 12 de los 14 emerretistas que murieron en la retoma, algunos de los cuales no concuerdan con las versiones de familiares, de dirigentes emerretistas ni con los datos expuestos en programas periodísticos y publicados en libros y diarios.
“Rehén voluntario”, libro escrito el año 97 por el ex rehén Juan Julio Wicht, es un retrato de la confusión imperante. El libro cuenta acerca de una asustada chiquilla de nombre Giovanna Vila Plascencia que cumplía el rol de captora y que murió al interior de la residencia durante el operativo. Sin embargo, según el emerretista Rider Arébalo quien purga condena en el penal Castro Castro, Giovanna vive en la selva y no participó de la toma. Él afirma que “Giovanna estaba embarazada, por eso no entró a la residencia pero la prensa creyó que sí y se creó la historia de que una de las captoras estaba embarazada”.
Así de incierto resulta el caso de María Hoyos Terraza, quien figura en la lista de fallecidos de la propia Asociación por la Defensa y Liberación de los Presos Políticos del MRTA (APRODEVIL), pero a quien sus compañeros internos en el penal Castro Castro aseguran con vida. Ellos afirman que María vive con su familia en la selva central y que jamás participó de la incursión emerretista; sin embargo, en aquella relación de fallecidos su nombre está escrito al lado del alias “Melissa”.
Pero el desconcierto ha trascendido los documentos y se ha instalado en la memoria de muchas personas. Eligia Rodríguez, madre de la emerretista fallecida Luz Dina Villoslada (a) “Gringa”, cuenta con indignación cómo a pesar de haber reconocido públicamente a su hija, aún hoy es confundida. “En la conmemoración del 22 de abril de este año llamaron en voz alta a los catorce, a mi hija la llamaron por varios nombres. Hasta ahora muchos no saben y creen que fue otra: Yo siempre repito, ella se llama Luz Dina Villoslada Rodríguez y sí estuvo en la embajada”.
Para Eligia esta falta de esclarecimiento no sólo está en el nombre de su hija sino además en su paradero. Ella asegura que sus “paisanos” vieron con vida a la “Gringa” en la selva central días después de la retoma, acompañada de dos emerretistas más y un grupo de fuerzas policiales. Aún cuando la prueba de ADN resultó positiva y se reconoció el cuerpo de su hija, nadie puede sacarle de la cabeza a Eligia la versión de sus paisanos: Luz Dina no habría muerto aquel 22 de abril, sino que habría sido conducida a la selva para que reconociera a remanentes emerretistas.
“Hay una persona que me ha mandado decir con mi paisano que no llore por mi hija, que a mi hija la tienen viva. Un día, después de lo de la residencia, al medio día, mi hija ha llegado a la casa de esta persona, acompañada de cinco hombres diciendo que los habían llevado con helicóptero para reconocer a emerretistas”.
Etiquetas: Derechos Humanos, Fujimori, MRTA
3 Comments:
Sensacional, parece un cuento de hadas o de duendes.
Está interesante el tema, pero es Fujimori quien puede revelar la vedad dobre Luz Dina. Com todo, lo que es ineludible es la crueldade de los delincuentes que se criaron en el Perú después de la cagada que hizo Velasco Alvarado con el Perú. Pena que murió y no vió su diarrea.
Gracias, peruanita, continua escribiendo, eres buena.
Anyo Maru,
um discípulo del mejor periodista de la historia del Perú: Manuel D'ornellas.
tal vez tú puedas decirme como murió Luz Dina.
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